Dra. Mónica Xaxier Senadora Secretaria General del Partido Socialista
Un conspicuo líder opositor reconoció públicamente: “no estamos preparados para gobernar”. Hace unos pocos meses pedían el voto ciudadano y ahora esta confesión. Aquello de las paradojas.
Nunca nadie puede afirmar que sea fácil gobernar. Pero de ahí a no sentir la fuerza para afrontar el desafío, hay una enorme distancia. Si sabremos de sobra que la tarea de gobierno no es sencilla, más aún con una oposición que muy pocas veces ha dado señas de colaboración con los gobiernos de izquierda. Desde siempre, ante la inexorable llegada del Frente Amplio al gobierno, la derecha asumió el asunto desde el mayor escepticismo. Digamos las cosas por su nombre: apostaron al fracaso frenteamplistas para gobernar, lo que, como consecuencia, proyectaban los alejaría tan solo un período del poder perdido y todo volvería a un cauce más que centenario.
La realidad demostró que no pasó ni una cosa ni la otra. Y el presente y el futuro lo seguirán demostrando. Igualmente siguen en esa lógica, y salen a festejar cuanto inconveniente presenta la administración de gobierno, o dicho más precisamente: el país. Por ejemplo, salen a festejar, sin ningún empacho, por todos los medios, “la suerte” de que no se haya encontrado petróleo en esta primera etapa de prospecciones. Es de locos.
Son los mismos que dan una batalla sinfín por temas dialécticos: hace algunas semanas hubo un aluvión de críticas al ministro de Economía porque las medidas tendientes a optimizar el gasto hubiesen sido denominadas como adecuación fiscal. ¡Para qué! Una “maniobra comunicacional” que mereció una interpelación. En esas cosas malgastan energías. Al mismo tiempo, que tampoco se nos vaya a ocurrir proponer topear los sueldos en las intendencias departamentales, de pique los dirigentes blancos, ya advirtieron que se van a volver a negar y a cobijar en mayorías especiales – esas a la cuales tanto se oponen en tiempos electorales –. En pocas palabras: reclaman ajustar y ahorrar con excepción de cuando afecta a sus administraciones y correligionarios.
En este camino de superar una situación que presenta un contexto económico difícil, el gobierno también da una lucha sin tregua para controlar la inflación, y lo logra; en tanto el nuevo mayor problema para la oposición, es tan pero tan grave como la semántica. A ella el líder colorado le brindó su mayor dedicación en tiempo de comisiones parlamentarias, declaraciones mediáticas y poética columna. Más asimilable a dramaturgia que a trillo legislativo.
Entre tanto chamullo, Uruguay avanza. Este viernes pasado, el gobierno puso en marcha “Visión 2050: Tacuarembó en la Región Norte”. No se hizo desde la Torre Ejecutiva, el gobierno está donde está la gente, esa cercanía que se transformó en la seña de nuestros gobiernos, y fomenta todo proyecto de desarrollo sostenible: equilibrado entre lo social, económico, ambiental y cultural. Es una iniciativa incluyente que suma sinergia entre: OPP, Intendencia de Tacuarembó, Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, Centro Universitario de Tacuarembó de la Universidad de la República y representantes de instituciones locales. Todos determinados a trabajar codo a codo para construir el mejor futuro de esa región norteña del país. Están sobre la mesa temas vitales para el desarrollo como cambio demográfico y sus consecuencias, cultura, género y diez complejos productivos estratégicos: turismo, energías renovables, hidrocarburos, minería, industrias creativas, tecnologías de la información y comunicaciones, bioeconomía, forestal–madera, alimentos y servicios globales.
En síntesis: mientras los opositores tienen dudas vocacionales y se confiesan no aptos para gobernar ni para reducir los sueldos de sus intendencias, nosotros vamos a seguir surcando el país y vamos a seguir apoyando todo lo que vaya en el sentido de construir desarrollo con integración social.
Fuente: Prensa 90
23 de agosto 2016
